El CDP (centro
de provisiones o centro de aprovisionamiento) era bastante amplio,
con puertas corredizas que se abrían automáticamente ante la
presencia de las personas. Tenia una especie de góndolas, pero eran
diferentes a las que había conocido Jorge en su época. Estas
góndolas eran mas bien estanterías comparables a las que jorge
había conocido en los grandes depósitos. Evidentemente existía
algún mecanismo entre estos estantes que abastecía a los mismos con
diferentes productos. Cada estante estaba a su vez compartimentado en
forma vertical, de forma tal de separar los distintos tipos de
producto. Jorge advirtió que cuando alguien retiraba algún producto
de los estantes, inmediatamente, desde el fondo del estante, aparecía
un nuevo producto igual. A Jorge le llamó la atención el hecho de
que no había mucha gente.
-Bueno, parece
que vinimos en buen horario – Le comentó a Caléndula.
-Por?
-No se ve
mucha gente, vamos a poder terminar rápido.
-Si, es
cierto, últimamente no viene mucha gente a los CDP. Prefieren
recibir las provisiones directamente en su casa.
-Como es eso?
Hay delivery? - Jorge volvió a oler una contradicción del sistema.
-Si,
podría decirse que si. Uno pide las provisiones desde su casa y el
CDP las envía. De hecho, uno puede realizar una lista fija para que
sea enviada periódicamente a su casa.
-Y quién
lleva estas provisiones?
-Nadie, es
decir, un vehículo repartidor. De hecho algunas casas están
diseñadas para que el vehículo deje las provisiones directamente en
la despensa de la misma.
-Pero
entonces, porque vinimos? De hecho, para que existen entonces estos
CDP? - Jorge no terminaba de entender a esta gente.
-Yo vengo
porque me gusta, me gusta elegir las verduras, caminar, charlar con
la gente que me encuentro, no sé, me gusta venir. A mi mamá le
gusta también y muchas veces venimos juntas. es casi un ritual. Por
otro lado, quería que conozcas el lugar, para que aprendas a
utilizarlo de aquí en mas, aunque como podrás apreciar, no tiene
mayores secretos.
-Bueno, la
verdad es que para la próxima, prefiero hacer las compras desde casa
-”Las
Compras”?
Jorge se dio
cuenta de su arcaico término y le causó gracia.
-Jeje, si, las
compras, así le decíamos en mi época cuando íbamos a buscar
provisiones.
-Creo que
alguna vez escuche a mi mamá diciendo lo mismo, ahora que lo
mencionas. Calculo que debe estar relacionado con la economía
monetaria, no?
-Si, con eso –
Jorge no estaba muy seguro sobre lo que Caléndula intentaba referir
con el término “Economía monetaria”, pero indudablemente se
trataba de la forma en que se adquirían las cosas en su época, es
decir, con dinero. Si bien Jorge comenzaba a disfrutar de los
beneficios de este nuevo tipo de sociedad, no podía evitar sentir
nostalgia de las costumbres sociales en las que se había formado.
Particularmente, porque dentro de ese estilo de sociedad, Jorge había
sido un individuo exitoso, había tenido mucho poder y dinero, y
cuando estaba alcanzando la cúspide de sus logros, fue cuando de
golpe todo se empezó a desvanecer y su mundo dejo de tener sentido.
Los empleados renunciaban a sus empresas y a las de sus colegas.
Costaba muchísimo conseguir mano de obra. Todas las personas (“los
negros”, como Jorge solía llamarlos) se mudaban a esas
“Comunidades Autónomas” nuevas y los pocos que se quedaban
pedían fortunas por salario, concientes de la escases de fuerza de
trabajo. Por otro lado, los mercados se reducían cada vez mas, ya
que las “Comunidades Autónomas” comenzaban a aglutinar la mayor
parte de la población, y estas generaban sus propios bienes y
servicios, consumiendo cada vez menos bienes y servicios de empresas
como la de Jorge. De hecho, ya comenzaban a verse productos
producidos en las “Comunidades Autónomas”, que eran de calidad
visiblemente superior que los producidos por las empresas, dejando a
los de estas últimas obsoletos. Por otro lado, el precio de los
mismos era irrisorio, por lo que la competencia era imposible de
ganar. De hecho, Jorge recuerda que alguna vez le preguntó a uno de
sus empleados, que llego al trabajo en una extraña motocicleta,
donde la había conseguido. Este le contestó que se la habían
vendido en una CA que quedaba cerca de la ciudad de Santa Rosa, en La
Pampa. Le contó también que era eléctrica y que tenia no se que
tipo de generador electromagnético que le proveía de energía
constantemente, por lo que la autonomía de la moto era virtualmente
infinita. En cuanto al precio, era todo una ganga, practicamente un
cuarto de lo que hubiera pagado por una moto convencional con las
mismas prestaciones. De hecho le dijeron que si se quedaba a vivir en
la CA, podría utilizar todos los vehículos que quisiera, sin tener
que pagar por ninguno. Jorge recuerda que se enfureció con el
empleado y lo despidió en ese mismo instante, tratandoló de traidor
y puteandoló. Estos recuerdos eran los que lo ponían de mal humor,
los que le generaban ese odio irracional, que le hacia perder la
cabeza. Estaba a punto de empezar nuevamente con sus berrinches,
cuando recordó que estaba acompañado por Cale. Aunque fuera cabrón,
no dejaba de ser caballero, respiró hondo y borró de su mente
rápidamente los
recuerdos que
lo conducían a ese estado de agresión. Después de todo, la
muchacha no era culpable de sus pasadas desgracias.
En tanto,
Caléndula había estado hablandolé y explicando como elegir los
productos, las verduras y cosas por el estilo. Por supuesto que
Jorge, sumido en sus cavilaciones, poca atención le había prestado,
y claro, evidentemente algo de su enojo interno se habría
exteriorizado. Cale notó algo extraño en su semblante y le
preguntó:
-Estás bien
Jorge?
-Si, por que?
- Preguntó este, haciendosé el distraído.
-En principio
porque tenes cara de enojado, y segundo porque hace 10 minutos que te
estoy explicando acerca de las verduras y vos como si lloviese...
Esta última
expresión, que hacia tiempo Jorge no escuchaba, le arranco una
sonrisa, a la vez que le cambió el humor y fortaleció mas aún la
atracción que este sentía por la joven. Jorge le dijo displicente:
-No te
preocupes, son boludeces de viejo, no me hagas caso. Y ahora, si no
es mucha molestia, te puedo pedir que me vuelvas a explicar lo que me
estabas contando?
-Sos un caso
vos, eh! Bueno, te cuento...
Caléndula
le explicó que las verduras que se conseguían en los CDP no eran
tan buenas como las que podría cosechar el mismo si tuviera una
huerta, debido a que al ser producidas en masa y en forma automática,
había cuestiones que debían resignarse, como el momento de cosecha,
el color y cosas así. De todas formas, le indicó que no dejaban de
ser buenas verduras, y que mucha gente las consumía, ya que no a
todos les interesaba la horticultura. Igualmente le dijo que de haber
sabido, hubiera traído verduras de su huerto, pero como Ramiro no le
había dicho nada acerca de almorzar juntos, no había tomado la
precaución de traer. Dijo también que si Jorge estaba interesado,
ella le ayudaría a armar su propia huerta. Dijo también un montón
de cosas mas, en lo que ya parecía mas un monólogo que una
conversación. Jorge se dijo a sí mismo que algunas cosas no
cambiarían jamás, que era imposible que las mujeres hablaran poco,
no importa como fuera la sociedad, y se dedicó a escucharla y a
llenar sus ojos con las hermosas curvas de Cale, asintiendo de cuando
en cuando o emitiendo algún monosílabo, para que parezca que
prestaba atención. Finalmente, después de un tiempo importante,
Cale reaccionó:
-Te comieron
la lengua los ratones a vos? - Le dijo entre reproche y burla a
Jorge.
-No te quería
interrumpir – Jorge volvió a aprovechar para esbozar otra de sus
super sonrisas.
-Ay, perdón,
hablé mucho? Disculpame por favor, todo el mundo me dice que soy muy
charlatana. Pero bue, pudiste sacar algo en claro de todo lo que te
dije?
- Si, que
vamos a comer carré de cerdo con ananá y papas rejilla, lo cual me
parece un excelente menú, aunque yo agregaría una salsa de naranja
para darle mas variedad. Entiendo que compraste todo a excepción de
las naranjas. También me gustaría llevar algo de helado, nueces,
crema de leche y whisky para preparar el postre, un buen “Don
Pedro” - y luego, dudando – Espero que exista el helado todavía,
en particular la crema americana.
-Por
supuesto que existe, esta en el sector de frió.
Una vez que
hubieron completado la lista de provisiones, emprendieron el regreso
a la casa.
-Nos tomó
casi media hora llegar desde mi casa hasta acá- Observó Jorge-
Sería conveniente que consiguiéramos alguna manera mas rápida de
volver, porque con este calor, el helado va a llegar derretido.
-Por el helado
no te preocupes, puede durar hasta cinco días si no abrimos el
recipiente. Si insistís, podemos tomar un tren, pero la verdad es
que prefiero caminar, el día está hermoso.
-Bueno,
caminemos entonces, pero explicame lo del helado.
-Es helado,
crema helada, que mas tendría que explicarte? - Se extrañó Cale.
-Que químico
le agregan para que dure una semana sin descongelarse? - Jorge volvía
a intentar encontrar una fisura.
-Ninguno, en
absoluto. Sucede que el recipiente del helado es de una clase de
aerogel super aislante. Mientras no se abra este, no hay
practicamente intercambio calórico.
-Aero que?
-Preguntó Jorge, ya resignado a no ganar nunca.
-Aerogel, es
un material ideado por el hombre, bastante viejo, a decir verdad, que
no se producía en masa por cuestiones económicas, o al menos eso me
explicó mi tío, que fue ingeniero en tu época. Al no mediar dichas
cuestiones ahora, lo utilizamos en varias aplicaciones, en
particular, para el transporte y almacenamiento de alimentos frescos.
-Y de que
consta este material?-
-Puede hacerse
con distintos componente, lo importante es la estructura física y el
proceso de fabricación. Es un gel, pero sin el agua dentro de su
estructura celular.
-Bue, tal
parece que acá todos saben mucho de todo. Yo ni siquiera estoy
realmente seguro de saber que es exactamente un gel, pero digamos que
te creo y que el helado va a llegar bien a casa. Dejemos el asunto
ahí – Dijo Jorge, comenzando a exasperarse.
-Que pasa,
dije algo que te ofenda – Se preocupó Cale.
-No, nada,
nada, de vuelta cosas de viejo cascarrabias. Cambiando de tema, me
gustaría conocer a tu tío, vive cerca?
-No, vive en
Hawaii, pero si te interesa mucho lo podemos ir a visitar. Siempre es
lindo visitar Hawaii.
-Estoy
hablando en serio- Jorge pensó que Caléndula le estaba tomando el
pelo.
-Yo también-
Dijo Caléndula sorprendida – Por que habría de bromear con eso.
-Bueno, que se
yo, en mi época viajar a Hawaii era caro.
-Pero recordá
que hoy no tenés que pagar por nada, al menos no en la comunidad.
-Que
comunidad?
-La comunidad
le decimos al territorio que comparte el sistema de Economía basada
en recursos. Hay todavía lugares que no la aplican, o no del todo.
-Y en Hawaii
se aplica?
-Mas o menos,
pero hay una comunidad autónoma bastante grande, ahí vive mi tío,
y hasta ahí podemos ir sin mayores problemas.
-Bueno,
entonces acepto. Cuando podemos ir.
-Mañana
mismo, si querés – Caléndula parecía contenta – Te va a
encantar, aparte mi tío es un tipo divino, lo vas a adorar.
-Pero esta
noche no salíamos de bares?
-Tenés razón,
vamos a estar cansados mañana – Recordó Cale- Vayamos el sábado,
si te parece.
-Bue, por como
lo decís parece bastante trivial- Obviamente, Jorge no estaba
convencido de que fuera tan sencillo, pero ya se estaba acostumbrando
a las sorpresas, aparte viajar a Hawaii con Cale era un programa para
nada despreciable – Pero otra vez, solos, nada de Ramiro eh?
-Que tenés
contra Ramiro?
-Contra Ramiro
nada, pero tampoco quiero tener nada con él- Dijo Jorge, tratando de
esquivar el tema – Aparte lo vamos a ver en un rato para almorzar.
A propósito, me vas a tener que mostrar adonde están los utensilios
de cocina, porque yo no entiendo ni donde están las alacenas.
-Cocinas vos?
-Por supuesto,
o pensabas que me iba a echar atrás- Jorge se hacia el ofendido.
-Para nada,
estoy empezando a pensar que no sos de los que se hechan para atrás
– Dijo Cale, con una mirada bastante sensual, al menos a los ojos
de Jorge.
-Ni para tomar
impulso – Completó Jorge en voz mas baja y grave, mientras le
dirigía una mirada profunda a los ojos de su interlocutora y
aminoraba la marcha.
- Bueno, ya
estaba pensando que me habían abandonado- Ramiro apareció de
súbito, detrás de un árbol- Me estoy muriendo de hambre, espero
que ya sepan que vamos a comer.
Jorge pensó
que si bien al principio no tenía motivos para no querer a Ramiro,
este le estaba empezando a dar algunos.
-Justo,
estábamos hablando de vos -Y dirigió una mirada cómplice a Cale.
Esta sonrió y dijo:
-Carré de
cerdo con ananá, salsa de naranja y papas rejilla. Y de
postre...”Don Pedro”
-La verdad,
nunca probé cosa semejante, ni se que es el Don Pedro, espero que no
sea una persona, jeje.
Jorge entendió
la broma, que no fue de las mejores que oyó en su vida. Y aunque el
pibe había estado inoportuno apareciendo de esa manera y en ese
momento, estaba de buen humor y no tenía ánimos de pelear. Y
después de todo, había sido Ramiro quien le habia presentado a
calendula.
Con un gesto
afectuoso le golpeo suavemente la mejilla y le dijo:
-Vení pibe,
parece que sabes poco de morfi, hoy te vas a chupar los dedos, cocina
papá.
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